A pesar de que hace ya más de una década que se está trabajando de forma paralela en el marketing online y en el offline, aún se siguen buscando nuevas formas de marketing híbrido que permitan relacionar ambos mundos.
Las grandes empresas han sido las primeras en sumarse al mundo online, intentando integrar todos los elementos posibles en sus estrategias de marketing: desde la apertura de su propio e-commerce hasta ampliar la relación y la atención al cliente a través de canales de comunicación 2.0.
Sin embargo, algunas empresas, mayoritariamente PYMES y creadas antes del boom del online, en muchos casos siguen con sus estrategias de marketing físico y tímidamente han empezado a incorporar ciertos elementos del marketing virtual en un intento de “no quedarse atrás”.
¿Cuál es la fórmula que nos permite equilibrar comercio online y comercio offline?
Desde estas líneas te puedo dar algunas orientaciones… si quieres profundizar sobre la materia, tienes varias opciones donde escoger. El EAE, por ejemplo, presenta la edición 2014 del Máster en Marketing Digital y Comercio Electrónico. Se puede cursar tanto de forma online como semipresencial y cuenta con un programa de becas dirigido a desarrollo de PYMES, emprendedores y directivos.
Volviendo a la fórmula del equilibrio, se observa que, desde el online, ha habido una corriente de innovación que ha intentado simular el mundo offline de forma virtual. A través de fotos, información técnica precisa, vídeos o incluso realidad virtual, se ha intentado transmitir al cliente la misma sensación que experimenta estando en la tienda.
Sin embargo, en algunas ocasiones, estos modelos han fracasado. En muchos casos se ha tenido que volver a lo híbrido, a la combinación entre ambos mundos para buscar el equilibrio entre lo mejor de uno y del otro. Pensemos, por ejemplo, en sectores como la automoción o el sector inmobiliario donde es casi imprescindible ver, tocar y experimentar. Una marca de coches o una promotora puede hacer un gran trabajo online de showroom, donde el cliente puede informarse previamente, reflexionar sobre las características de lo que va a comprar, buscar precios, comparar… pero antes de comprar, no existe ninguna realidad virtual que sustituya a la experiencia física.
En el caso de las empresas más ligadas a lo físico, el camino no es más fácil. Saben que hay una parte del pastel que se están perdiendo y les gustaría participar, pero en muchas ocasiones se queda en eso: en participar. ¿Cuántas veces hemos buscado determinada empresa y hemos visto su página web sin mantener, un ecommerce con errores o sus redes sociales desactualizadas? Igual que nadie espera que una pequeña empresa tenga la misma sede que una gran multinacional, nadie espera que tengan los mismos medios online, pero el cliente ya exige unos mínimos.
En ambos casos, para saber si estamos combinando ambas cosas bien, nos bastaría una sencilla fórmula: preguntarnos si nos sirve.
¿Te sirve de algo el software que has creado para simular la compra física, ha aumentado tus ventas, tu notoriedad, tienes más afluencia de clientes? Si la respuesta es no, replanteemos la estrategia sin miedo de dar un paso atrás.
¿Sirve de algo tener abiertos perfiles en redes sociales que nadie mantiene, que no alimentamos y que no estamos seguros de si están impactando en las ventas o no? Lógicamente no. Aunque el esfuerzo sea mínimo, la imagen que estamos transmitiendo no es la correcta y se debe hacer un alto en el camino, plantear el objetivo, implementarlo y medirlo.
En muchos casos, algo tan simple resulta difícil de llevar a cabo, ya sea por las implicaciones que ello supone o por una falta de información. En este caso, hay dos vías rápidas para poder solucionarlo: contratar a un profesional o empresa que nos asesore sobre las estrategias a seguir y cómo medirlas o formar a alguien del equipo para que desde dentro se empiece a llevar a cabo esta transformación.
Fotografía: infocux Technologies
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