La semana pasada uno de nuestros posts mencionaba los resultados de una encuesta según la cuál los individuos asociamos el concepto de solidaridad con palabras relacionadas sobre todo con grandes virtudes como: amor, ayuda, compromiso, empatía, compartir, responsabilidad, bienestar o respeto.
Sin embargo, quizás porque la misma idea de solidaridad supone que no se pida nada a cambio, la mayoría de las veces no verificamos que nuestras donaciones se emplean de forma transparente y eficaz.
Si por un lado hay entidades benéficas que realizan un gran esfuerzo para recompensar la generosidad de la gente con un trabajo impecable de transparencia financiera, hay otras que son muy poco transparentes a la hora de informar sobre el destino de los fondos recaudados o sobre los gastos de administración y/o estructura.
¿Cómo podemos distinguir entre las que realizan ese esfuerzo por ser transparentes y las que no para tener más garantías sobre nuestras donaciones?
Afortunadamente, no somos los primeros que se hacen esta pregunta. En 2006 un grupo de profesionales procedentes del sector de los fondos de alto riesgo ya se planteaba ese mismo problema, llegando a la conclusión de que la información disponible sobre el empleo de fondos de las organizaciones benéficas en muchas ocasiones debería ser más transparente. Después de haber dejado el trabajo, decidieron así recoger información sobre cada una de estas asociaciones de forma sistemática y a tiempo completo. En el mismo año publicaron los primeros rankings de transparencia y eficacia sobre las principales ONGs. Desde entonces Givewell es una referencia para todos los donantes que exigen transparencia, rectitud y eficacia a cambio de la propia generosidad.
Givewell es una entidad que certifica y evalúa las organizaciones benéficas sin ánimo de lucro. Sus criterios de evaluación se basan en el análisis empírico de los resultados concretos obtenidos por las ONGs a través de actuaciones solidarias. La información analizada procede tanto de fuentes públicas como de peticiones específicas dirigidas a la gerencia de las organizaciones evaluadas.
Givewell hace un esfuerzo encomiable en hacer disponible informes detallados que van mucho más allá de la carga emocional que puede tener una campaña publicitaria. Se tienen en cuenta tanto el impacto de los costes de funcionamiento (básicamente los salarios y las dietas del personal empleado para aportar la ayuda) como el número efectivo de personas que reciben las ayudas. Otros aspectos que se valora es el tipo de ayuda (regalar unas biblias no es lo mismo que salvar una vida) y su duración (las infraestructuras – por ejemplo – son muy bien valoradas).
En la web de Givewell, que tiene su foco principal en EE.UU., se puede fácilmente consultar cómo puntúan las ONGs más conocidas. Tres organizaciones que operan en el ámbito sanitario son las que obtienen la valoración más alta a nivel internacional: Village Reach, Stop TB y Against Malaria Foundation. Entre las primeras seis se encuentran además dos organizaciones que se dedican al microcrédito: Small Enterprise Foundation y Chamroeun.
Es bastante sorprendente descubrir que organizaciones muy conocidas como UNICEF (sponsor del FC Barcelona) no alcanza los criterios mínimos de evaluación de Givewell, o que OXFAM pidió expresamente a Givewell que la documentación entregada para el proceso de evaluación se mantuviera confidencial.
Aunque los criterios utilizados son propios del evaluador, a uno le puede surgir la duda de que la importante inversión en comunicación publicitaria que realizan algunas ONGs no se corresponda luego a niveles de eficiencia y eficacia igualmente importantes.
Nuestra impresión es que organizaciones como Givewell realizan un trabajo útil y necesario. Al ser la solidaridad un bien relativamente escaso, es imprescindible cuidar, valorar y premiar la confianza que muestran los donantes.
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