Home > Noticias > La lucha contra el plástico pierde fuerza
El 49% de los españoles se muestra muy preocupado por el exceso de plásticos. Es casi la mitad de la población y podría parecer que el nivel de la concienciación es elevado. Sin embargo, hay que leer este dato en perspectiva: hace 6 años, en 2019, la preocupación alcanzaba cotas del 67%, 17 puntos porcentuales más que en la actualidad. Según estos datos, publicados por Clickoala en su informe Plásticos y otros residuos 2025, la lucha contra este material inerte ha perdido fuelle.
Esta pauta actitudinal tiene su reflejo, al mismo tiempo, en los comportamientos de compra. Los consumidores ya no tienen tanto en cuenta este factor medioambiental en sus decisiones. En 2019, el 41% de los españoles declaraba evitar productos sobreenvasados o plásticos de un solo uso, un porcentaje que ha descendido progresivamente hasta situarse, en 2024, en un 29%. 12 puntos porcentuales menos desde que en 2019 Clickoala inició este tracking anual.
La contaminación de los océanos, su fragmentación en micropartículas que persisten en los ecosistemas, la dificultad para ser reciclado o el consumo de energía necesario para ser producido son solo algunas de las graves amenazas que supone el plástico para el planeta en el que vivimos y para la propia especie humana. Y estas problemáticas van a más.
Es por esta razón que es imprescindible que la ciudadanía se implique en una batalla que parece estar perdiendo tracción. La sensibilización de la población se hace más necesaria que nunca. A este respecto, cabe señalar algunas iniciativas que visibilizan esta amenaza. Sin ir más lejos, la ONU dedica el Día Mundial del Medio Ambiente de 2025, que se celebra el 5 de junio, a la lucha contra el plástico.
¿Qué ha pasado para que la problemática del plástico haya dejado de ser una prioridad social? Una de las posibles causas radica en la pérdida de la visibilidad mediática otorgada al plástico. Si se analiza la relación entre la preocupación por no comprar productos sobreenvasados y la cantidad de contenidos publicados en redes y medios digitales, se observa una correlación elevadísima (r=0,9).
Sin embargo, tratándose de una correlación, resulta complicado establecer causas y efectos: ¿el descenso en la preocupación provoca que se hable menos de la problemática? ¿O es la pérdida de visibilidad mediática lo que ha causado una menor sensibilización social? Teniendo en cuenta que los medios digitales reflejan en gran medida las opiniones de perfiles de gran alcance, redifundidos por personas anónimas, nos inclinamos más por la segunda interpretación. La población está menos sensibilizada porque está expuesta a menos estímulos contarios al uso del plástico.
Otra de las posibles causas se relaciona con el cambio de hábitos acaecidos a raíz de la pandemia del covid-19. La búsqueda incesante de lo aséptico, con el objetivo de evitar contraer la enfermedad, reavivó la necesidad de consumir productos sobreenvasados, o de un solo uso, que tenían al plástico como protagonista, un cambio en los hábitos de consumo que se ha mantenido hasta nuestros días.
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