Alternativas energéticas

4 enero, 2013 by in category Consumo tagged as , , with 0 and 6
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¿Cuáles son las causas de la actual crisis?  Quizás el desmadre de un sistema financiero al que no se le ha puesto límites, quizás el crecimiento irracional de sectores con crecimiento limitado y que en pocos años han superado el techo productivo de décadas, quizás una crisis en el propio sistema de consumo o puede que una suma de todo esto. Hay quien apunta que, otro de los factores que explican parte de esta crisis no es tan sólo un colapso, ya sea estructural o coyuntural, del propio capitalismo… sino que es una crisis del modelo industrial de las sociedades “modernas”. Hay quien sostiene la hipótesis, muy discutible, que lo que estamos viviendo ahora no son más que los primeros coletazos, los primeros guiños, derivados de la progresiva extinción de los combustibles fósiles… se trata de una crisis del modelo energético.


Es en este contexto donde se han fraguado alternativas diseñadas para cambiar no tan sólo el modelo energético, sino también el modelo de relación con las empresas distribuidoras de energía. Som Energia, una cooperativa surgida en el año 2010 en la ciudad de Girona, nació con el objetivo de proponer al ciudadano un cambio de rumbo.

Una de las principales ideas sobre las cuales se ha cimentado esta cooperativa es que el consumo energético debe provenir de fuentes de energía renovables: energía eólica, fotovoltaica, biogás… a través de éstas, se argumenta, se tiene que cambiar un modelo energético que, en pocos años, habrá caducado. Ni la energía nuclear podrá suplantar el espacio en blanco que dejarán, cuando llegue su fin, los combustibles fósiles. Y es que el uranio también es un bien finito.

A mi modo de ver, por mucho que se produzca la energía mediante fuentes renovables, en un futuro será imposible llegar a generar tanta energía como se está consumiendo actualmente. No es sólo que se estén agotando las reservas de combustibles fósiles, sino que el ser humano, en su conjunto, cada vez consume más electricidad, ya sea por motivos económicos o demográficos. A no ser que aparezcan revoluciones tecnológicas capaces de garantizar el mantenimiento del consumo energético actual (no voy a ejercer de tarotista, en este sentido), la humanidad parece condenada, en términos económicos, a decrecer.

Sin embargo, creo que la alternativa propuesta por Som Energia puede ayudar a hacer entender que la energía es un bien escaso, y que es necesario, en un medio y largo plazo, cambiar el modelo energético que rige el desarrollo de la economía de todos los estados del planeta.

El modus operandi de Som Energia es el siguiente: la cooperativa compra la electricidad en el mercado, como todas las distribuidoras. Esta electricidad, para poder ser comercializada por Som Energia, debe haber sido producida a través de fuentes renovables. Es por esto que se solicita al productor un certificado que garantice que se trata de electricidad verde. Una vez adquirida la energía, ésta se distribuye a través de la red convencional, con lo que la cooperativa debe pagar un peaje para poder utilizarla.

Así, el precio que los consumidores deben pagar por esta electricidad no es muy distinto del que cobran las comercializadores clásicas. El coste de ésta es igual, o incluso inferior, al de otros proveedores. En este link se pueden comparar el precio de la electricidad ofrecido por distintas distribuidoras. La revolución que supone esta alternativa no estriba en razones puramente económicas, sino que la gran ganancia estriba en sus motivaciones éticas, tanto desde el punto de vista ambiental como desde el punto de vista social.

Hay que añadir que la intención de Som Energia es que, a largo plazo, todos los clientes dispongan de energía verde proviniente exclusivamente de los pequeños proyectos de producción que están llevando a cabo a través de la utilización del biogás, la biomasa, las placas fotovoltaicas o los molinos eólicos.

Desde un punto de vista social, la iniciativa de Som Energia destaca por el cambio de paradigma económico que propone a sus clientes. ¿He dicho clientes? Los consumidores de esta energía verde no sólo disfrutan de esta energía sino que, al mismo tiempo, también son propietarios de los proyectos que se llevan a cabo.

Por el precio de 100€, cualquier ciudadano puede entrar a formar parte de esta cooperativa, que se rige por reglas de funcionamiento asamblearias, y consumir la energía distribuida (pagando la cuota, claro). Estos 100€ dan derecho a participar en su Asamblea General, en la que, independienemente del dinero invertido, cada socio tiene un voto. Las decisiones, pues, las toman las personas y no los flujos invisibles de capital. Sin duda, el modelo cooperativista abre nuevas vías a explorar para cambiar el actual paradigma económico, en el que las personas están sometidas a las dictaduras de los mercados.

Fotografía: Toniu

1 Comment

  • Tarifas
    on 4 abril, 2013 Responder

    La estructura del mercado y el oligopolio formado hasta la fecha beneficiaba a la ineficiencia del mercado. Otras comercializadoras y cambios de comercializadoras más ágiles unido a más información cambiaría muchas cosas.

  • Butano
    on 15 mayo, 2013 Responder

    qué opinais de los gases licuados del petróleo?
    Saludos

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