Home > Noticias > Lo bueno y lo malo de Chatroulette.com
Si alguien todavía no lo ha probado, se lo recomendamos. Pero es importante que seáis adultos y estéis preparados para encontraros con cualquier cosa.
Chatroulette.com es lo último del Internet totamente libre y sin filtros. Algo que se le ocurrió a un chico ruso de 17 años, Andrey Ternovskiy, que desarrolló una web de videoconferencias con participantes aleatorios. Entras en la página, el sistema confirma tu webcam y tu sonido y empiezas a ver desconocidos en tu pantalla. Si te gustan puedes intentar chatear o hablar con ellos y si no te gustan pasas al siguiente con el botón “next”. Cada sesión tiene una duración de unos cinco minutos y es posible ver todas las sesiones que uno quiera.
En Noviembre de 2009, Chatroulette.com pasó de tener 500 visitantes mensuales a 50.000 en su primer mes de vida. En marzo de 2010 alcanzó 1,5 millones de visitas mensuales. El crecimiento exponencial típico de lo que tiene toda la pinta de ser volverse un fenómeno de éxito imparable.
A la idea le damos algunos matices. Hemos hecho un recuento de lo que nos hemos encontrado a lo largo de las aproximadamente cuatro horas de experiencia directa en Chatroulette (tenían que ser 10 minutos…). El 70% de lo participantes que nos han aparecido en videochat eran varones de edad comprendida entre 15 y 45 años, con una edad promedio que estimamos alrededor de los 20-25. Cada interacción tiene una duración de aproximadamente 1-2 segundos. Luego se aburren de ti y clican “next”. Otro 15% de la muestra eran mujeres, que también eran bastante jóvenes y las encontrábamos a menudo en grupos de dos o tres frente la cámara. El resto de participantes – un 15% – se componía de exhibicionistas. Un espectáculo bastante triste y deprimente.
Aunque hoy día nadie se escandaliza por los excesos que la libertad de expresión en la Red conlleva, es evidente que ese tipo de usuarios representan un lastre importante para el futuro de Chatroulette. Si por un lado esta novedosa interfaz de video-chateo randómico tiene muchísimo potencial para la comunicación publicitaria (tiene video + audio y es adictiva como la televisión), por otro, nadie está dispuesto ver su imagen de marca asociada con algunas escenas que incluso podrían herir la sensibilidad de algunas personas.
Sin filtros, Chatroulette no pasará del underground. Un paraíso para antropólogos y curiosos, pero off-limits para la mayoría de los consumidores.
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